HUERCES

Esta historia implica más que una marca de sidra, ya que en ella se narra la relación de una familia con la bebida más arraigada a nuestra tierra, hasta el punto de tener una gran relevancia en el sector que supera la elaboración de su propia sidra.

Para empezarla nos tenemos que ir al s. XIX, donde Manuel Norniella decide elaborar sidra extra M. Norniella en Colloto (Oviedo). Esta fabricación surge con la intención de abastecer la demanda de los emigrantes asturianos en América. Su legado lo continuaron, de forma ininterrumpida, su hijo y su nieto, ambos llamados Mariano Norniella y sus biznietos, cuarta y actual generación a cargo.

Las instalaciones para la elaboración de esta sidra fueron cambiando de emplazamiento pasando por las parroquias gijonesas Vega y la actual ubicación, Huerces. Estos cambios fueron debidos a la necesidad de una mayor expansión, a la realización de nuevos productos y a la intención de contar con los últimos avances tecnológicos.

¿Cuándo surge sidra Huerces? Esta sidra nace en los años 90, con la ilusión de Mariano Norniella hijo, un maestro viticultor (enólogo de los de antes) que fue más allá de seguir los pasos de sus antecesores, educándose en el mundo de la enología y trabajando para diferentes empresas sidreras de alto prestigio en Asturias. Realizar sidra natural tradicional era esa cuenta pendiente que pudo cumplir en el año 1993. Su buen hacer se lo transmitió a su hijo (actual gerente) J. Antonio Norniella, con el cual compartía la pasión y los conocimientos de este mundo sidrero. J. Antonio desde bien pequeño siguió el sendero de su padre, demostrando su valía tanto en formación como en asesoramiento para otros llagares, hasta tal punto que, en la actualidad, son más de cuarenta llagares, los que asesora. 

Podemos decir que hoy en día, tanto sidra Huerces como sus otras sidras y sus dulces siguen presentes en diferentes chigres y mesas asturianas.