MAYANDO CON… CORTINA (18/11/2016)


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Hace unas semanas nos fuimos a hacer una visita al llagar de Cortina y como no para ver como mayaban. Este llagar está ubicado en Villaviciosa y tiene una capacidad de 2.500.000 litros.

A lo largo de estas visitas se verán las peculiaridades de cada llagar, cada uno tiene su propio encanto y forma personal de tratar la sidra, al final todos pretenden alcanzar un buen resultado.

MAYANDO CON CORTINA

Nos presentamos por la mañana en la parroquia de Amandi, Villaviciosa y nos recibió Nerea Pumarada, encargada del departamento de comunicación de la empresa, que también se ocupa de las visitas al llagar. Nos fue llevando por todos los rincones, explicando como hacen su sidra, desde la zona de elaboración de la sidra, observando las tres prensas neumáticas, pasando por las bodegas con depósitos de acero inoxidable y de toneles de madera. A continuación os mostramos un pequeño vídeo donde se muestra una pequeña esencia de como es sidra cortina y por supuesto como mayan.

EVOLUCIÓN DEL LLAGAR

Esta empresa es sinónimo de tradición familiar solapada a la innovación. Fue fundada en 1952, por Celestino Cortina (abuelo del actual dueño), pero ahí no empezó su andadura, ya que sus padres e incluso sus abuelos ya mayaban sidra tanto para ellos, como para amigos y conocidos. La sidra la tienen en la sangre y es algo que lleva muy adentro su actual dueño Tino Cortina, con el cual tuvimos la oportunidad de dialogar sobre esta bebida y como no de su enseña. Nos comentó que quizás sus comienzos fueron con su abuelo, pero al llevar las riendas su padre, Eloy Cortina, desde bien joven, hizo un cambio drástico en la forma de hacer sidra, en los tiempos que corrían; intentando no perder el encanto de la tradición. Fue un pionero en la automatización a la hora de prensar y embotellar la sidra. Cuando llegó a las manos de Tino, el llagar siguió creciendo, pero quizás con él, los cambios más drásticos fueron en torno a la tecnología e información. Hay que hacer un buen producto pero a la hora de promocionarlo y venderlo hay que atreverse y progresar, sino nada habrá merecido la pena.

Hasta aquí la visita al llagar de sidra Cortina, todavía nos queda algún que otro llagarín. Espero que os haya gustado lloquinos.

Loca por la Sidra

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