ORIZÓN

Lo que ocurre con esta familia llagarera es el entrelazado de dos historias con un mismo denominador ⇒ LA SIDRA. Por un lado está la historia del propio llagar y por otro la historia de amor sidrero de los padres, los cuales venían de la misma cultura pero de diferente localidad.

Y es que esta familia tiene genes sidreros y por todos los costados. Ya que tanto por la familia paterna (saregana), como materna (naveta), la sidra siempre ha sido una labor muy representativa en sus vidas.

El padre de los actuales dueños, Ernesto Vigón, nació en San Román (Sariego). Por su sangre, como por la de sus 3 hermanos, siempre brotó sidra. Eso fue gracias a su madre Guadalupe. Una mujer luchadora y emprendedora, que fundó a principios del S. XX el llagar Lupe Vigón, signo de inspiración para todos sus hijos. Con el tiempo, estos acaban estableciendo su propio llagar, formando una de las cunas sidreras principales del concejo y un referente en este mundillo.

Ernesto continuó con su madre en el llagar. Pero el amor se cruza por el camino y las idas y venidas desde Sariego a Nava, acaban con la unión de dos familias, dedicadas al mismo sector. Es cuando se casa con Alicia Fernández, hija y nieta de llagareros de Nava, que desde principios del siglo XX han compatibilizado la elaboración de nuestra bebida por excelencia, con el bar y fincas familiares. Esta familia naveta, era bien conocida tanto por su sidra como por el bar que dirigían.

La fusión de ambas familias llagareras genera lo que actualmente representa la sidra Orizón: tradición, calidad y exigencia. Puntos que Ernesto, desde el primer momento que coge las riendas del negocio, deja bien claro. Se levantaba y probaba su sidra todos los días, disfrutaba con ello, siempre fue su vida. Pero no sólo era minucioso en el llagar, sino que se preocupaba también puertas para afuera, por el trato de la misma en los bares. Estos aspectos los inculcó a sus hijos, los cuales siguen sus pasos dejando en buen lugar a esta sidra tan afamada.

¿Porqué los nombres de la sidra? La sidra Orizón, debe su nombre al barrio donde está ubicado el llagar y Novalín por ser el segundo apellido del padre, para que quede marcada la esencia de esta bebida.