CABAÑÓN

Aunque oficialmente este llagar familiar llanisco, se fundase a finales del siglo pasado, su historia empieza más atrás, con Manuel Carriles, un apasionado de la sidra. Hay que recordar los comienzos de la elaboración de sidra, tanto por esta zona como por diferentes lugares de la región asturiana. En cada villa o pueblo, se contaba con un señor feudal (el más pudiente de la zona) o el propio ayuntamiento, los dueños del gran llagar de la zona. Este se compartían con todos los vecinos; llevaban sus manzanas y elaboraban su propia sidra (siempre dejando algo para el dueño), la cual se acababa por llevar para almacenar en sus casas. Esta familia siempre tuvo gran apego por esta bebida, y es Manuel el primero en decidir, hacerla en su casa. Con un pequeña prensa de apertón y varios toneles, decide elaborar sidra para la familia y amigos. Este era el abuelo materno del actual dueño. Jacinto, que así se llama el propietario, a día de hoy, desde siempre, ha sido un gran amante de la cultura y gastronomía asturiana, por ello decide instaurar un restaurante de lo más tradicional con cocina casera y decoración, donde se refleja parte de la historia asturiana. Este lo ubica donde estaba la antigua bodega familiar. Tras introducirse en el sector de la hostelería, no tarda mucho en empezar a elaborar sidra, al principio donde la propia sidrería. Con el paso del tiempo, y al aumentar las necesidades y demanda, decide emplazar el llagar en lo que era una antigua cuadra, dando un gran cambio a las instalaciones. Hoy en día, Jacinto, un gran apasionado de su sidra, puede presumir de tener un establecimiento con mucho encanto, que muchos museos envidiarían y porque no, una sidra con su sello personal.

¿De dónde viene el nombre? Cabañón, era el nombre de un antiguo llagar naveto, tras el cierre de este y entablar amistad que el que fue su dueño, le propone a Jacinto quedarse con el nombre comercial. Y dicho y hecho, mismo nombre pero cambiando su enfoque personal.